Después que Abraham terminó de erigir la Ka’aba, faltaba una piedra para completarla, así que le pidió a Ismael que buscara alguna. Buscó por todos lados y cuando regresó, vio que su padre ya había colocado la piedra que faltaba, entonces le preguntó: “Oh, padre, ¿dónde conseguiste esta piedra?” Le respondió: “El Ángel Gabriel me la trajo del Paraíso”. Y así se completó la construcción de la Ka’aba
Cuando esta piedra descendió del Paraíso, era más blanca que la leche. El Profeta dijo: “La piedra negra fue enviada desde el Paraíso y era más blanca que la leche pero se puso negra por los pecados del hombre” (Tirmidi))
El Profeta dijo: “La esquina de Yemen y la estación de Abraham son dos piedras preciosas del Paraíso, y si no hubiera sido que Dios les quitó su luz, hubieran iluminado todo lo que existe entre el este y el oeste”. (Ibn Hibban)
La estación de Abraham es la piedra sobre la cual Abraham se subió mientras construía la Ka’aba. Su hijo Ismael lo ayudó pasándole las piedras una a una.